Los topes de suspensión, están fabricados con goma o poliuretano, limitan el recorrido de la suspensión para evitar daños en el vehículo al alcanzar la máxima compresión. Por otro lado, los fuelles de suspensión protegen las juntas del amortiguador del polvo y la suciedad, prolongando su vida útil y manteniendo el sistema de suspensión en buen estado. Ambos se instalan en el vástago del amortiguador para cumplir sus funciones respectivas de protección y mantenimiento.